"El coaching es
un proceso de intervención no invasivo", así nos lo dijo el profesor,
coach y entrenador de baloncesto Chema Buceta en una de sus
inolvidables clases en la universidad.
Y es que, la propia persona que comienza un proceso de coaching puede que no se dé ni cuenta de
que se encuentra inmersa en el cambio mental que lleva a cabo. El punto fuerte
del coaching es precisamente ese:
provocar procesos mentales de cambio en nuestras formas de afrontar aquello que
vivimos.
Es cierto que nos hemos acostumbrado a no tener tiempo para
pensar, que no nos apetece hacerlo por ser algo trabajoso o estamos demasiado
estresados. A veces solo deseamos que "alguien sabio" nos dé la
respuesta, nos aconseje, nos diga por dónde deberíamos ir, a veces incluso sustituimos a este alguien por el buscador de respuestas más universal, Google, donde
estamos acostumbrados a preguntar cual oráculo divino.
Dejarnos llevar por alguien con todas las respuestas es lo más cómodo ¿verdad?, pero entonces estaríamos siendo unas simples marionetas sin criterio propio y, lo que es peor, las consecuencias por seguir criterios ajenos las pagaríamos solo nosotros.
El coaching nos ayuda a encontrar esas respuestas
por nosotros mismos, a tomar conciencia de lo que nos rodea y de lo que somos
capaces, así de lo que debemos entrenar, sin esfuerzos extremos, porque el
ritmo lo marcamos nosotros. Un coach no
te transmitirá consejos, sino que te estimulará a que encuentres tu propio camino
sin ser una marioneta de nadie.
El coaching no es
una simple técnica rígida para aplicar en un momento de crisis, sino que se
trata de una forma de pensar y de estar en el mundo, así nos lo explica John
Whitmore, uno de sus fundadores.
¿Cómo crees que puedes ser más consciente de ti mismo y de
tu entorno para poder hacer los cambios que deseas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario